House - Interior negocia una legalizaci?n controlada de los 'after hours'

Interior negocia una legalizaci?n controlada de los 'after hours'

Publicidad
Comparte lo que lees
Interior negocia una legalizaci?n controlada de los 'after hours'

El Departamento de Interior negocia con el sector del ocio nocturno una regulación limitada de los after hours, discotecas que abren cuando cierran las nocturnas. Xavier Guitart, director de Juegos y Espectáculos, se reunió el viernes con representantes de los grupos Matinée, Fritz y Madness -a los que pertenecen las tres salas de Viladecans que se cerraron tras el ingreso hospitalario de varios de sus clientes por consumo de éxtasis- para acordar las condiciones que se impondrán a estos locales si finalmente son legalizados.

Fuentes de la Federación Catalana de Asociaciones de Locales de Ocio Nocturno señalaron que Interior propuso restringir la concesión de licencias de after hours a establecimientos que se hallen fuera de los núcleos de población y que dispongan de medidas de seguridad adecuadas. La Administración y los empresarios, sostienen estas fuentes, convinieron en organizar operaciones de asistencia sanitaria para los casos de emergencia y en sensibilizar a los jóvenes sobre las consecuencias del consumo de drogas.

La regulación de los after hours se efectuará simultáneamente a la ampliación de los horarios de apertura de los locales de ocio nocturno que la Dirección General de Juegos y Espectáculos negocia con los empresarios del sector. Pero mientras no entre en vigor una nueva normativa, el Departamento de Interior ha decidido intensificar el control de las discotecas diurnas y cerrarlas por "incumplir reiteradamente la normativa de horarios".

Miles de jóvenes acuden cada fin de semana a estos locales, que siguen abriendo de forma clandestina. "El cierre de las tres discotecas de Viladecans [que reunían a unas 3.000 personas] ha supuesto que la gente se desplace ahora a pequeños antros de Barcelona", explica Iván Rodríguez, un joven que acude a estos locales. "La prohibición sólo beneficia a propietarios de locales que para nada están adecuados a ninguna normativa y que llenan con facilidad al no haber más oferta", lamenta Sergio Canteras.

Los dos jóvenes, que aseguran que no suelen empalmar la noche con la mañana, recientemente han creado la Plataforma Pro-Afters, que durante la madrugada de ayer se manifestó en la plaza de la Universitat para reclamar la legalización de los after hours.

Hace unas semanas, la ruta de cientos de jóvenes empezaba el sábado por la noche en un bar cualquiera del centro de Barcelona, seguía de madrugada en una discoteca del Poblenou y a partir de las 6.00 horas continuaba en Viladecans. "Hay afters que cierran a las cinco de tarde", señala Canteras. Algunos jóvenes volvían entonces a Barcelona para rematar la faena. Todavía hoy sobran las posibilidades para salir de fiesta durante la hora de la merienda, pero los locales más frecuentados están en la Barceloneta, el Guinardó y la zona alta de la ciudad.

Los clientes de los afters se quejan de que se les relacione con el consumo de drogas. "¿Acaso no se toman en el resto de las discotecas?", se pregunta Canteras. "Lo importante", añade, "es que todo el mundo esté informado sobre las consecuencias de las drogas y pueda elegir libremente".

Comparte lo que lees