El mediterráneo vibró al ritmo de Desalia

El mediterráneo vibró al ritmo de Desalia

Ritmo, Barceló y artistas de primer nivel. Así vivimos la experiencia Desalia

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El mediterráneo vibró al ritmo de Desalia

Texto: Pancho M-Corbalán

Fotografías: Ron Barceló

 

La calma que precede a la tempestad. Esta sería una buena forma de tratar a la Semana Santa de este 2017 que nos sirvió para hacernos una idea de la locura a la que asistiríamos la semana siguiente.

 

Caras nerviosas, que todavía no entendían muy bien la experiencia que vivirían durante la semana en la que Ron Barceló Desalia decidió celebrar su décimo aniversario, comenzaban a embarcar en el crucero Horizon de Pullmantur. Un beat profundo emanaba de la terraza superior del gigantesco barco mientras dejábamos nuestras maletas en los camarotes. En tan solo cinco minutos la esencia que recorría los pasillos hizo que comenzásemos a bailar, sentimiento que se multiplicó al llegar a la cubierta superior donde el equipo de Desalia había preparado un escenario donde unos días después viviríamos la fiesta de su aniversario, pero vayamos por partes.

 

El tiempo acompañaba y eso se notaba ya que la mayoría, si no todas, de las 1400 personas que llenaban el barco se encontraban bailando y disfrutando del sol a ritmo de los grandes temas de la electrónica comercial con un Sandro Ávila demostrando la fuerza que le ha llevado a ser uno de los referentes de la electrónica española desde que comenzase sus andanzas en la madrileña sesión de Zoológico. Y como no hacerlo, estaban de forma gratuita pasando una semana en uno de los eventos del año. Nuestra principal inquietud este primer día fue el cómo llevarían a cabo una fiesta de tanto renombre como es Rebel Bingo en un crucero, pero no tardarían en desaparecer. A las 00h pusimos rumbo al teatro donde encontramos el fantástico evento en el cual música y regalos se mezclaban –lamentablemente no hicimos bingo–, si alguien tenía miedo por la sensación de estar en un barco hacía tiempo que lo habían olvidado.

 

 

No faltaba el buen rollo entre todos los jóvenes que ocupaban las diferentes cubiertas, lejos de lo que podría haber imaginado cualquier persona con la publicidad que existe actualmente de la generación millenial. Nada más lejos, si alguien tenía ganas de bronca no se encontraba en este viaje.

 

La experiencia Desalia continuó al día siguiente cuando se llevó a cabo la fiesta Desalia In Love donde una capilla servía a modo de photocall para todos los que quisiesen su momento de amor. Hubo incluso momentos para una pareja que decidió que este era tan buen momento como cualquier otro para hacer su pedida de mano y, lamentablemente para los morbosos, ella dijo sí. Nada podía ser mejor, las costas de Ibiza se adivinaban a ambos lados del barco e incluso habíamos sido testigos de uno de los atardeceres, a nuestro parecer, más mágicos del territorio nacional haciendo un perfil único del castillo de Dalt Vila.

 

 

La mañana siguiente amanecimos aun en Ibiza, y en el mismo barco tuvimos la oportunidad de entrevistar a los DJs encargados de hacer botar cada uno de los rincones del Horizon. Brian Cross, B Jones, Jose de Mara (al cual preguntamos sobre su éxito ‘Breathe Again’), Sandro Avila y Kiido nos expusieron sus opiniones sobre el panorama nacional y la industria electrónica actual, sin olvidar darnos una pequeña pista sobre los ritmos con los que vestirían los días que aun nos quedaban. El barco se encontraba más lleno que nunca debido a las personas que habían embarcado en la Isla Blanca; y para hacer honor a la misma, la fiesta aniversario de Desalia tendría como dress code ropa ibicenca.

 

Así nos dispusimos todos en la cubierta superior con nuestras mejores galas blancas expectantes de asistir a la actuación de los que actualmente ocupan los más altos puestos de sus respectivos estilos, los españoles Dorian y Juan Magán. Éxitos como ‘A Cualquier Otra Parte’ o ‘La Tormenta de Arena’ elevaron a un público que no se dejaba intimidar por el frío aire que nos acompañaba. Dar gracias a la organización por cubrirnos con mantas es poco, pero al tiempo que aparecía Juan Magán en el escenario estas desaparecían de nuestros hombros. No es de extrañar, el rey del electro latino consiguió su propósito, que entrásemos en calor. Pero como medio electrónico que somos nosotros teníamos un objetivo claro, los platos y los sonidos pregrabados.

 

 

Jose de Mara se encontraba en la cabina del teatro mostrando el potencial que le ha hecho actuar en muchos de los grandes eventos de nuestra geografía. El público estaba coordinado al tempo que el madrileño quería y con esta baza en sus manos no dudo en mezclar house con los grandes éxtios de la electrónica comercial pasando incluso por el down tempo (tan de moda ahora). La pista estaba caliente y eso Brian Cross lo sabía, y vaya si lo aprovechó. El artista, que ha encadenado actuaciones en los Tomorrowland más importantes (Bélgica, Brasil y TomorrowWorld), mostró su arsenal desde el principio dejando a la vista la técnica que le ha llevado a ser uno de los grandes referentes españoles. Desde Swedish House Mafia hasta Oliver Heldens hizo un repaso de la actualidad musical creando una atmósfera de absoluto desenfreno juvenil (y no tan juvenil). El cierre de la fiesta le tocó al ganador del #ViveAhoraTalent Kiido quien con una mezcla de tropical house y big room demostró poder hacer frente perfectamente a la situación y nos demostró que en los próximos años tendremos que tener su nombre grabado en la memoria. El amanecer llamó al camarote, aun nos quedaba mucho por delante.

 

Era miércoles y habíamos llegado a Mallorca. El silencio se apoderó del barco durante toda la mañana, el cansancio acechaba y se notaba en las caras de los desalieros, o al menos eso parecía puesto que a medida que avanzaba el día apareció el efecto vampiro. Con la puesta de sol ya se encontraba todo el mundo en la cubierta principal con su necesaria copa de Barceló en la mano. El house se apoderó de la misma hasta la hora de la cena cuando la gente migró a sus camarotes para ponerse el disfraz pertinente para la noche. Una selección de cómicos fue la previa perfecta para una sesión de música comercial donde unicornios, un hombre lobo y hasta Ali G se unieron a los coros de ‘Closer’ de los galardonados The Chainsmokers. Con las piernas ya entumecidas bailamos hasta que el cuerpo dijo basta. Una retirada a tiempo siempre es la mejor opción.

 

 

Última noche, la tristeza se palpaba, pero aun quedaba una larga jornada por delante y las 1400 personas lo sabían. El día amaneció con el mar revuelto pero durante el día descubrimos que los culpables no eran los cambios en la dirección del viento, la culpable era la energía que desbordaba el barco y la música que se escuchaba en todos los rincones del barco de Pullmantur. Así disfrutamos de un mar que aunque agitaba el barco no era competencia para los saltos y la alegría de toda la familia Desalia que se encontraba esbozando sonrisas y bailando al ritmo de B Jones quien (a pesar del mencionado balanceo) supo sacar lo mejor que llevábamos dentro con una sesión que culminó con temas como ‘Anytime’ de Don Diablo o el laureado ‘Opus’ de Eric Prydz. Este fue el último de los muchos bises que la gente pedía.

 

La cena con el capitán nos recibió con nuestros trajes y vestidos y, salvo algún despistado que acudió con lentejuelas, todos parecíamos sacados de un anuncio de Ralph Lauren. A continuación le llegó el turno de actuar a Dulceida, la principal influencer del barco quien trató de animar a un público que no parecía por la labor de darlo todo con ella. Le damos el voto a favor por una selección comercial de electrónica que si que consiguió que despegásemos los pies del suelo. El resto de la velada transcurrió en la discoteca con Sandro Ávila a los platos demostrando como trabaja un verdadero DJ que ya había conseguido encauzar los bailes en la dirección deseada. La triste despedida vino de la mano de Jose de Mara y B Jones que terminó de cerrar la sala en la que sería la última noche del barco.

 

 

Las caras cansadas y las lagrimas de la despedida solo dejaban ver una cosa, esta había sido una experiencia con mayúsculas. Ron Barceló Desalia sabe como montar un evento, nos vemos el año que viene y esta vez volcaremos el barco.

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