Club 28, la sala del tamaño de una cabina de teléfono

Club 28, la sala del tamaño de una cabina de teléfono

La sala construida en Róterdam tiene unas medidas similares a las de una cabina telefónica y cuenta con espacio para seis personas y un DJ

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Club 28, la sala del tamaño de una cabina de teléfono

Las personas que estamos tan relacionadas con el mundo electrónico nos pasamos el día oyendo hablar de la gigantesca nueva sala que han abierto en Ibiza o del estadio que se ha conseguido para llevar a cabo una actuación a la que podrá asistir la mitad de la población de un país, pero hoy nos trasladamos directamente al punto contrario, bienvenidos al Club 28.

 

Gerard Jenkins-Omar y Stephen Robinson son las cabezas pensantes detrás de esta curiosa sala, cuyo rasgo característico es el hecho de que apenas caben seis personas y un DJ dentro, convirtiéndola en la sala más pequeña del planeta según el Libro Guinness de los Récords. Gerard había trabajado organizando el evento Spooned en Ibiza, pero no tuvo la idea de crear este pequeño local hasta que le preguntaron si podría crear un área para los after party de carnaval. Ahí fue cuando le vino la idea de este pequeño proyecto que, sinceramente, nos encanta.

 

“En lugar de hacer algo exagerado pensé en hacerlo más pequeño e íntimo”.  Esta frase describe perfectamente lo que ha llevado a cabo, con un club del tamaño de una cabina telefónica pero que cuenta con todos los requisitos para pasar un agradable rato con ritmo electrónico. Por fuera está decorado con llamativos grafitis que son el preámbulo del interior compuesto por dos platos, un micrófono, iluminación y hasta una pequeña bola de discoteca.

 

“Revisé si existía un récord para el club más pequeño del mundo, y al ver que existía nos planteamos batirlo, para lo cual hablamos con el Libro Guinness de los Récords.”

 

 

Lo que más nos ha gustado de este curioso club es el hecho de que se puede transportar de manera sencilla, contando con el tamaño perfecto para desplazarlo fácilmente a cualquier lugar. No nos extrañaría que alguien comenzase a comerciar con estas discotecas de bolsillo. Aunque os advertimos, si lo vuestro no son los agobios de estar aplastado en una sala este no es vuestro sitio.

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